En la actualidad la entidad se rige según el siguiente organigrama:

Asamblea de socios/as

Junta directiva

Acogida

Vivienda

Salud pública

Educación

Adicciones

Asamblea de Socio/as: Es el órgano supremo de la entidad, y cuenta actualmente con 578 personas socias. Para el registro de socio/as, se contabiliza un miembro por familia, por lo que estas personas socias representan aproximadamente a 2.800 personas. Todas estas familias cuentan con al menos un miembro de etnia gitana, pero también encontramos personas de diversos orígenes y perfiles socioculturales.

La Junta Directiva está formada por seis personas gitanas elegidas entre las personas socias. Se organizan de manera asamblearia y se toman las decisiones por consenso. Están implicadas en el día a día de la entidad y toman las decisiones sobre el funcionamiento ordinario.

Programas: Para hacer frente a las situaciones de exclusión social que sufre la población gitana en Navarra, desde la entidad consideramos que no es suficiente con realizar una serie de acciones puntuales, sino que se requieren proyectos y programas más ambiciosos que contemplen, entre  otros, los siguientes aspectos:

Las intervenciones con personas gitanas no deben ser intervenciones relacionadas exclusivamente con los Servicios Sociales de Base, ya que trasciende a todas las políticas sociales y a su desarrollo cultural y cívico. Así pues, se pretende mejorar las condiciones de vida generales de la población gitana utilizando todos los programas y actividades que la asociación ofrece como hilo conductor, integrando a la propia población gitana, al sistema de servicios sociales público, apoyando su cultura y la manifestación de la misma como un bien de toda la sociedad.

Enfoque progresivo y a largo plazo:

Tal y como la experiencia nos ha demostrado, las intervenciones con población gitana deben ser planteadas a largo plazo. Los proyectos se deben plantear con estabilidad temporal, siendo evaluados de manera permanente y con un componente flexible que permita la adaptación a circunstancias cambiantes.

Acceso a los recursos ordinarios complementado con medidas específicas:

El objetivo de “La Majarí” es que las personas de la comunidad gitana logren su acceso a los servicios de manera normalizada, al igual que el resto de la población. Pero para que esto sea posible, en muchas ocasiones, los servicios deben sufrir una adaptación para hacerlos más accesibles implementando medidas de apoyo. Además cuando las situaciones de desventaja son excesivas se hace necesario llevar a cabo programas específicos, que sin excluir al resto de la población, tengan por finalidad compensar dichas desventajas en pro de su normalización.

Participación activa de la iniciativa social y de la comunidad gitana:

La experiencia demuestra que la propia iniciativa del colectivo gitano es fundamental para poder cambiar situaciones dentro del mismo. Esta participación se debe dar en todas las fases desde el diseño hasta la implementación, siguiendo por supuesto los cauces previstos en el desarrollo de los propios programas.

Aplicar esta perspectiva de manera transversal nos permite ver las necesidades, diferencias y dificultades que mujeres y hombres tienen ante una misma realidad social o una problemática concreta, lo que nos permite actuar para cambiar esta desigualdad. En el caso concreto de la población gitana, la diferencia entre las necesidades y las oportunidades de hombres y mujeres es aún más significativa. La cultura en la que se desarrollan, unido a la discriminación que sufren desde un punto de vista étnico, hace que desde que nacen, las propias oportunidades de los hombres gitanos sean menores que las de los hombres payos. Por lo tanto, las oportunidades de las mujeres desde su nacimiento se ven reducidas por el hecho de ser mujeres y además mujeres de etnia gitana.